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Danza y sensualidad, encuentros en la intimidad del hogar

Por Margareth Sánchez Melo

3 abril, 2020

Gracias a las clases virtuales de tango del programa Crea del Instituto Distrital de las Artes -Idartes, esta pareja de esposos ha encontrado en la danza posibilidades para sobrellevar y hacer más amable la vida en momentos de dificultad.

Cuando Jenny Borda, de 48 años, y su esposo Carlos Cruz, de 53, se inscribieron en clases presenciales de tango en el Crea Roma, de la localidad de Kennedy, jamás imaginaron que esta actividad no sólo les ayudaría a mejorar sus aptitudes en el baile, sino que los fortalecería como pareja y los animaría en los días de confinamiento obligatorio en casa. 

Y es que después de 25 años de matrimonio y tres hijos, se puede pensar que una relación ya ha superado muchos de los retos imaginables y que, incluso, podría hacerse una larga lista con las estrategias que utilizaron para salir siempre victoriosos. Sin embargo, una pandemia mundial y la orden generalizada de aislamiento, son desafíos que hasta hace poco eran impensables y para los que, por supuesto, pocas parejas estaban preparadas. 

A causa del coronavirus COVID – 19, algunas parejas se han visto obligadas a permanecer por mucho tiempo juntas, lo que hace que afloren conflictos que permanecían ocultos y surjan otros nuevos, propios de las condiciones extraordinarias de confinamiento, lo que genera roces y en muchos casos distanciamientos, como sucedió en el caso de Xi’an,  (China,) donde los funcionarios no dieron abasto para tramitar las solicitudes de divorcio tras el fin de cuarentena.  

Pero para los esposos Jenny y Carlos, el panorama no es tan desalentador pues uno de los aprendizajes más valiosos que han adquirido en las clases de tango – llevan más de un año en el Crea de la localidad de Kennedy –  es que, en la vida conyugal, así como en el baile, cuando uno se equivoca con un paso, lo corrige y continúa con la coreografía. 

“Con mi esposo eso nos ha servido hartísimo. Como todas las parejas, tenemos problemas, pero esta actividad nos ha unido más, nos ha acercado. Olvidamos un poquito los problemas y nos enfocamos en el tango porque es algo que nos gusta a los dos, entonces el deseo de aprender nos tiene más activados”, afirma Jenny. 

Sin embargo, no se trata solo de ignorar los problemas mientras se baila, sino de moverse con ellos para encontrar la manera fluir, danzar y resolverlos en pareja, pues como explica Jenny: “Uno lo que aprende en el tango lo aplica en la experiencia de vida”.  

“Para parejas esto es súper bueno, es como una terapia porque mientras uno está ahí aprende muchas cosas. Como por ejemplo que no todo lo hace uno como mujer, no siempre es uno la que tiene que mandar, sino que ellos también tienen voz y voto y que su palabra es importante”, continúa. 

Fue de esta manera como los esposos, sin saberlo, encontraron no solo un pasatiempo en común, sino que adquirieron herramientas para fortalecer su relación y afrontar con más calma el aislamiento, ya que, según los expertos, en este escenario es normal que las discusiones afloren porque los ánimos están exaltados. 

De hecho, tantos han sido los beneficios que la pareja halló en el baile, que ahora en aislamiento y gracias a la plataforma Crea en Casa del Instituto Distrital de las Artes – Idartes, han continuado sin interrupciones con las clases, lo que además de proporcionarles una actividad amena para emplear el tiempo que pasan en casa, les ha permitido mejorar sus habilidades en el uso de los dispositivos electrónicos. 

“Eso ha sido un camello para nosotros, que no estamos tan evolucionados con el tema de la informática, pero también en ese tema hemos avanzado. Al principio tuvimos que pedirles ayuda a nuestros hijos: que cómo hago esto, qué mire (…) Entonces uno va aprendiendo más, uno no queda en stand by, sino que cada día va aprendiendo algo nuevo y hacerlo con ayuda de los niños ha sido muy chévere porque nos unimos todos como familia para hacer actividad y uno se sorprende con lo mucho que los hijos le pueden enseñar”, dice Jenny con entusiasmo. 

Además, las atípicas condiciones de asilamiento le han permitido a la pareja practicar más y con mayor intensidad. “Tan pronto se termina la clase, nosotros no paramos, seguimos. Practicamos entonces como una hora más porque tenemos el tiempo y porque queremos seguir mejorando y aprendiendo más”, añade.  

Así que Jenny y Carlos invitan a las parejas a que participen en los cursos de formación en siete áreas artística que está brindando de manera gratuita el Instituto Distrital de las Artes – Idartes y que, al igual que ellos, tomen este tipo de actividades como “una terapia imprescindible para suavizar las cosas en este tiempo de crisis”. 

Finalmente recuerdan que “Si uno eligió estar con una persona, uno tiene que tratar de tenerla siempre al lado. De parte y parte se cometen errores, pero hay que corregirlos y perdonar.  Este tipo de actividades ayudan a que uno trate de olvidarse de esas cosas que sucedieron en el pasado y lo motivan a uno a seguir adelante en la relación. Con el tango cambia uno la experiencia, ya no todo es negativo, no todo son problemas, es un aporte a la relación”.

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