Acompaña procesos de formación artística con enfoque diferencial, trabajando con personas mayores, con discapacidad, privadas de la libertad, víctimas del conflicto, población LGBTIQ+, migrantes y comunidades rurales, entre otros. Busca promover el bienestar, el cuidado y el apoyo mutuo, fomentando nuevas formas de relacionarse consigo mismos, con otros y con su entorno. La práctica artística se convierte en una herramienta para movilizar emociones, fortalecer la subjetividad y crear desde las experiencias e intereses de cada persona.