Más de diez grupos de la Gerencia Crea se presentaron en la Sala Gaitán como parte del tercer encuentro del ecosistema Crea. El 4 de noviembre, la Sala Gaitán se […]
Por Margareth Sánchez Melo
6 noviembre, 2025
Más de diez grupos de la Gerencia Crea se presentaron en la Sala Gaitán como parte del tercer encuentro del ecosistema Crea.
El 4 de noviembre, la Sala Gaitán se convirtió en un punto de encuentro para los participantes de los talleres de formación artística del Instituto Distrital de las Artes – Idartes. Desde la mañana, el escenario se llenó de energía, sensibilidad y diversidad con las presentaciones de los grupos que participaron en Ecos Crea III, una jornada que hizo visible la fuerza de la creación colectiva y el poder transformador del arte en Bogotá.
“Ecos Crea nos recuerda que el arte es una experiencia compartida, un espacio donde las comunidades se encuentran, se escuchan y se transforman”, señaló María Claudia Parias, directora del Idartes. “Cada presentación es una muestra del talento que florece en los barrios de la ciudad y del compromiso del Idartes con la formación artística incluyente y de calidad”.
El público disfrutó de una programación que recorrió distintos lenguajes artísticos. En la mañana, la música abrió el camino con la Estudiantina La Pepita, del Crea La Pepita, que interpretó melodías de la tradición andina colombiana, seguida por Viajando Entrenubes, del Crea Danubio Azul, con un repertorio campesino que llenó el escenario de alegría y memoria.
Desde el Crea San Cristóbal llegó la pieza audiovisual Chindogu, un cortometraje que invita a reinventar el mundo desde lo cotidiano, mientras que el Colectivo Los Libreros, del Crea Campiña Ítaca, presentó una crónica que recuerda que todo viaje —real o simbólico— es una forma de conocernos y transformar el entorno. Esta última obra fue especialmente significativa por estar creada por artistas con discapacidad, reafirmando el compromiso del Idartes con la inclusión y el reconocimiento de las diversidades.
La jornada continuó con la energía contagiosa del grupo de adultos mayores provenientes de la localidad de Bosa, que interpretó géneros tradicionales como la carranga, la ranchera y el vallenato, demostrando que el arte no tiene edad y que siempre hay espacio para crear y compartir. Luego, la literatura tomó el escenario con una lectura performática que expandió los límites de la palabra, invitando al público a sentir el texto más allá de la página.
“Me gustó ver a adolescentes de mi edad en el escenario, haciendo cosas diferentes y tan bonitas”, contó Valery Melo, una de las asistentes al evento. “Vi cosas interesantes y me dieron ganas de inscribirme en un taller de Crea”.
El bloque matutino cerró con toda la fuerza del movimiento: Kinesia, del Crea Claretiano, presentó Esencias del barrio, una coreografía que combina hip hop, whacking, locking y danza experimental para hablar de resistencia, identidad y vida urbana.
En la tarde, la jornada retomó con fuerza musical gracias a Anestésicos, del Crea Villas del Dorado, una banda joven que explora sonidos del rock, blues, pop y reggae, y que anunció su regreso al estudio para grabar nuevas canciones.
El escenario se transformó nuevamente con Las ventajas de ser hombre, un performance de danza teatro del Crea Castilla, protagonizado por un grupo LGBTIQ+ intergeneracional que, a través del vogue, la voz y la danza contemporánea, cuestiona los roles de género y los privilegios del machismo desde el arte y el humor.
El Grupo de Teatro Tyhyquy, del Crea La Granja, presentó La isla desierta, una obra que invita a reflexionar sobre las prioridades y el sentido de la vida en una sociedad mecanizada, antes de dar paso a Mariana Pineda, una puesta en escena que abordó el amor como territorio y como prisión, cerrando con un tono poético la jornada.
Durante todo el día, Ecos Crea III confirmó que el arte en Bogotá es un entramado vivo, donde los procesos formativos, las comunidades y las expresiones artísticas dialogan y crecen juntas.