ECOS CREA: El Colegio Villa Amalia hace parte de la naturaleza cíclica de las cosas.

La estrategia de visibilización del programa Crea, con su enfoque ecosistémico y un profundo compromiso pedagógico, nos invita a tejer una red de espacios para la formación, la creación, la socialización y el diálogo en comunidad. ¿El propósito de estos encuentros? Soñar y construir un sueño colectivo, escuchar nuestras voces, comprender nuestras diferencias y singularidades, aprender de los demás, crear en colectivo y, sobre todo, seguir dándole vuelo a la imaginación.
Comprender la naturaleza cíclica de las cosas nos une en un mismo tiempo y lugar para iniciar, encontrarnos y volver a empezar. En este primer momento, nos hemos enfocado en propiciar el diálogo y la interacción, a partir del reconocimiento inicial de los grupos de formación, identificando sus intereses, motivaciones e ideas, todo ello enmarcado en la línea temática Arte y Ciudad, explorando diversas lenguajes y prácticas artísticas.

Un reflejo de experiencias y conexiones
Este ha sido un espacio invaluable para visibilizar las reflexiones y experiencias que han surgido en el corto pero significativo camino recorrido en los procesos de formación. Ha sido una oportunidad para reflejarnos, reconocernos y poner en diálogo las experiencias artístico-pedagógicas de nuestros grupos y la comunidad Crea.
Los encuentros del Colegio Villa Amalia tuvieron lugar en el Crea Villas del Dorado. Los grupos de primaria de la jornada mañana, en modalidad dupla, fusionaron los procesos de música y danza. Por su parte, los tres grupos de bachillerato realizaron su encuentro en triada, combinando danza y artes plásticas. Estos encuentros resultaron increíblemente nutritivos para el diálogo entre las áreas, permitiendo a los estudiantes compartir su arte con toda la comunidad Crea.

El alma que se asoma a un espejo
La artista formadora Paola Milán, quien guía grupos de danza en ambas jornadas, nos compartió una poderosa reflexión que encapsula la esencia de estos encuentros:
“Hay días que son simplemente eso: días. Y hay otros en los que el alma se asoma a un espejo… que se refleja en otro espejo. En ese juego de reflejos comprendo, poco a poco, a cada una de estas almas. Almas libres que claman, a gritos silenciosos, comprensión y empatía.
Son trazos de amor los que narran sus vivencias. Colores que dan forma a sus experiencias. Danza que traduce el lenguaje de su viaje emocional. Allí, en cada movimiento, en cada pincelada, han dejado huellas profundas: huellas que hablan, que sienten, que nos invitan a mirar más allá.”

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