Un cuerpo, una ciudad en movimiento

El Crea San Cristóbal se llenó de música, colores y sonrisas para celebrar el cierre del área de danza con los estudiantes del Colegio Manuelita Sáenz. Fue una jornada donde el movimiento se convirtió en lenguaje y los cuerpos en instrumentos de expresión. Cada grupo, con su propio estilo y energía, ofreció un pedacito de historia, una muestra viva del aprendizaje, la disciplina y la alegría que florecieron durante el año.

Entre las presentaciones, destacó “Un cuerpo, una ciudad en movimiento”, una propuesta llena de ritmo y significado. En ella, los estudiantes de primer grado transformaron el escenario en una ciudad imaginaria que nunca se detiene, donde cada paso representa la vida que late en sus barrios, las risas de la calle, el juego compartido y la amistad que los une. A través del break dance, estos pequeños artistas narraron con el cuerpo lo que las palabras a veces no alcanzan: sus emociones, sus historias y su manera única de habitar el mundo.

La experiencia no solo dejó coreografías memorables, sino también aprendizajes profundos. En el trabajo conjunto se fortalecieron la escucha, la empatía y el valor del esfuerzo colectivo. Cada ensayo fue una oportunidad para descubrir que la danza no es solo técnica o coordinación, sino también confianza, cooperación y autoconocimiento.

Así, el cierre del área de danza se convirtió en una celebración de la creatividad infantil y del poder transformador del arte. Los estudiantes demostraron que cuando el cuerpo se mueve con intención y alegría, también se mueve la comunidad entera. En sus pasos quedó la huella de un proceso que trasciende el aula: un recordatorio de que el arte, como la ciudad que imaginaron, está vivo mientras haya corazones dispuestos a moverse juntos.

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