TODOS SOMOS PODEROSOS
Una puesta en escena para celebrar la diferencia
El salón comunal de la Ponderosa acogió el pasado 1 de noviembre al grupo de teatro de la Corporación Dicrart, para socializar el proceso de formación a través de la muestra de su ejercicio creativo, proceso que ha sido guiado por la artista formadora Ximena López. Uno a uno fueron llegando los y las integrantes del grupo, un abanico único de personalidades, acompañados por sus familias, que reflejaban en igual medida el variopinto momento. Poco a poco fueron llenando el salón y, con ellos, la escenografía, las luces, el vestuario, las sillas, el sonido, el calor y el color que caracterizan momentos como éste, donde se combina la adrenalina del previo a la socialización del proceso creativo con la expectativa de quienes saben que ha habido una preparación cuidadosa para que se dé la magia del encuentro teatral.

Máscaras, colores y objetos que emergen para dar vida a una propuesta escénica hermosa a partir del cuento El más poderoso, de Keiko Kasza – dejaron un mensaje de profunda reflexión, cargado de emociones y de las mismas personalidades de los actores y actrices, quienes prestaron parte de sí a los personajes. Estos, a su vez, llevaron al público a reconocer que en cada persona presente hay un poder valioso y que, por tanto, TODOS SOMOS PODEROSOS. Amenizaron su propuesta con canciones y con sonrisas que alegraron el alma no solo de sus familias, sino también de la artista formadora, quien, como una hormiguita, no se detuvo en ningún momento para garantizar que la presentación tuviese el éxito contundente que alcanzó. Mientras corría de un lado al otro, sus ojos brillaban como brilla el alba cada mañana al ver salir el sol, con la satisfacción de sacar a la luz un proceso más, de avivar el último refugio de lo vivo: el convivio, EL TEATRO.


En medio de ese encuentro cargado de humanidad, se hizo evidente que el arte sigue siendo un puente poderoso entre las personas. Cada gesto, cada palabra y cada mirada compartida recordaron al público que el teatro no solo forma artistas, sino comunidades enteras capaces de celebrar la diversidad, la imaginación y la sensibilidad. La función se convirtió así en una fiesta del espíritu, un recordatorio de que cuando un grupo se reúne para crear, soñar y compartir, se enciende una chispa colectiva que permanece viva mucho después de que se apagan las luces del escenario.

Estos procesos se hacen posibles gracias a la articulación institucional entre el Programa Crea y la Corporación Dicrart, entidad que acoge a población con discapacidad. Este trabajo hace parte de la línea de Arte y Salud, en el área de teatro, y corresponde al Crea La Pepita.
Elaborado por: Francy Valencia Gómez. Artista Formadora del área de Teatro
Fotografía: Ximena López/ Francy Valencia
Comparte este contenido
