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Ron Seven Ret o los retos culturales en Ciudad Bolívar

Se espera que al finalizar el cuatrienio, 39.600 bogotanos elijan el quehacer artístico como proyecto de vida.

Todo empieza con una canción de Nirvana. Los instrumentos suenan desafinados pero poco a poco empiezan a entrar en la nota adecuada al ritmo de Smells Like Teen Spirit. En el salón están 20 de los 779 beneficiarios que ha atendido este año el Crea Lucero Bajo en la localidad de Ciudad Bolívar. 

Este es un grupo musical que trabaja en formato rock y que según el artista formador Antony Rojas -quien está a cargo del taller-, pese a que hay sesiones de teoría, lo más importante suele ser que “se sienta siempre como si estuvieran ensayando”. Y es que el espacio fue concebido como un taller vacacional que se enfocó en la percusión, pero posteriormente y por iniciativa de los asistentes, se enfocó en el género rock. “Los chicos tenían mucha curiosidad con otros instrumentos. Así que se decantaron por el rock y desde ese día no ha parado”, recuerda el ‘profe’ Antony.

De hecho, ya que el Programa Crea a través de la línea Impulso Colectivo, estimula la conformación de colectivos, parte de estos jóvenes iniciaron hace varios meses su propia banda llamada Ron Seven Ret.

“En el principio no se pensaba tener una una banda, sino solamente era como venir al espacio donde se podía venir a aprender música y aprender cositas”, afirma José que, como la mayoría de sus compañeros, se enteró del Programa Crea a través del voz a voz y decidió inscribirse en el taller de música sin tener conocimientos previos. “La mayoría de nosotros no teníamos idea de los instrumentos. “Yo llegué aquí y no sabía nada de batería, aprendí aquí con la batería que había acá. Todo empezó con el espacio que teníamos desde acá”, añade Santiago, de 18 años. 

Se espera que en este cuatrienio, así como  José (20), Patrick (17), Santiago (18), Joseph (15) y Alejandro (20), 39.600 personas en procesos de formación elijan el quehacer artístico como proyecto de vida. Pero no se trata sólo de crear colectivos, sino de fortalecerlos a través de redes de aprendizaje que sean colaborativas, críticas, sensibles, creadoras, innovadoras y potenciadoras del desarrollo integral del ser.

“Llegó el momento cuando con el profe Antony dijimos: ‘bueno, ya hicimos varios covers, hagamos algo nuevo’. Entonces algunos trajeron letras, otros acordes… y así fue como se empezó a armar un grupito de creación. (…) En realidad terminamos armando la banda por la comodidad del proceso de creación de Crea”, afirma Joseph.  

Incluso, otro de los integrantes de Ron Seven Ret hace hincapié en la calidad humana de las personas que hacen parte del Programa Crea y la importancia de juntarse con personas con proyectos de vida similares para poder hacer realidad los sueños. “Antes tuve una banda (…) lastimosamente nos deshicimos, a veces hay gente que no lo apoya a uno, y eso lo hace a uno decaer y es difícil, porque también hay que tener mucha disciplina”, dijo.  

“El profe nos ha apoyado mucho, es un pilar que nos ha ayudado a crecer. A veces nosotros traemos ideas y el profe siempre nos ayuda. Actualmente estoy estudiando teoría musical y a veces le pregunto al profe lo que no entiendo y el profe siempre me ha ayudado”, añade otro de los integrantes. 

Sin embargo, no todo es color de rosa. “Estamos en el sur” dicen. “Es como si todo fuera más difícil para este lado, no hay salas de ensayo, no hay dónde comprar unas cuerdas de guitarra, pareciera que no quieren ayudar mucho en el tema de cultura pese a que hay mucha banda y mucho talento acá en la localidad de Usme, en Bosa, se siente como que hay menos. Está muy relegado el sur a intentar mucho, a autogestionarse, a raspar, raspar”, explican. 

Los integrantes de Ron Seven Ret sueñan con presentarse en Rock al Parque y para ello quieren grabar su primer EP y sonar en todo lado. Así que se han gestionado los recursos por cuenta propia, por ejemplo, se presentaron a la Beca para proyectos de creación y circulación Programa Crea del Portafolio Distrital de Estímulos. “Nos faltaron tres puntos para ganar. Quedamos como suplencia”, recuerdan. 

“También empezamos a explorar desde la Casa de la Juventud. El espacio nos ha ayudado a crecer como banda pero como tantas personas lo usamos, se queda pequeña para tanta gente porque acá en Ciudad Bolívar hay muchos artistas”, continúan. 

Pese a las dificultades, no se desaniman, con la certeza que la música más que un hobby es una vocación, siguen ideando estrategias para cumplir su sueño. Tuvieron su primera presentación en un bar de la localidad que les ayudó a enfrentarse a un público externo por primera vez. “Fue algo interesante para nosotros y si se puede decir, excitante. Tocar frente a un público que no nos conoce de nada. Todo fue de autogestión porque nosotros hicimos hasta la publicidad, pero fue muy interesante que otra gente coreaba nuestra música y hasta poguear con ella, eso nos hizo pensar: ‘estamos haciendo las cosas bien’”, cuentan sobre esa experiencia. 

Después y con el ánimo de recibir alguna remuneración económica, buscaron un lugar en la localidad de Chapinero para tocar. “Como en Ciudad Bolívar no hay casi espacios para tocar, decidimos invitar a otras bandas para que también tuvieran la oportunidad, ese día fue muchísimo mejor porque no lo gozamos viendo a nuestros compañeros de escenario. Ya sentimos que podemos manejar mucho mejor el público”, coinciden. 

Sin duda alguna, la disciplina y tenacidad de los integrantes de Ron Seven Ret, además de su gran pensamiento en comunidad, hará que lleguen muy lejos, seguramente más allá de las tarimas de rock al parque y demostrarán que si hay algo por lo que el sur de la ciudad debería de tener fama, es por la calidad del talento artístico. 

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