Ecos que Resuenan

Reflexiones sobre el primer encuentro Ecos de la línea arte en la escuela – Crea Castilla.

Por Sergio Monroy, enlace pedagógico Crea Castilla.
¿Qué ocurre cuando varios corazones se reflejan frente a otros? ¿Qué emerge cuando el disparate expandido se revela con chispas multicolores en un mover colectivo donde se encuentran varios lenguajes? ¿Cómo se manifiesta el deseo, la curiosidad, la exploración y el encanto de la creación, a través de la singularidad de pequeños y grandes individuos, cuya esencia es el centro del acontecimiento artístico? Las respuestas a estos interrogantes solo pueden develarse a través de los ecos. En esta oportunidad, los ecos de múltiples voces, expresiones, experiencias y vivencias no se generaron tras la repetición homogénea de corazones que se encontraron en uno o varios espacios, para dialogar entre diferentes lenguajes. Aquellos ecos tomaron forma, a través del rasgo particular, de lenguajes propios que se dieron la oportunidad de encontrarse con experiencias de otras áreas artísticas, no para comunicarse en un mismo lenguaje, sino, por el contrario, para asombrar con sus lenguajes distintivos. Fue así, como los participantes del mundo cibernético de creación digital, encantaron a los participantes del universo escénico de teatro. Lo lograron a través del juego con dispositivos audiovisuales y la captura del inquietante lenguaje de la imagen en movimiento. Por su lado, el imaginario del cuerpo, manifestado a través de un grupo de adolescentes del área de teatro, movilizó la chispa creadora del grupo de adolescentes cibernéticos, quienes, en medio de su picardía, se tomaron la representación urbana, como un juego a través de los sonidos cotidianos de la ciudad. Los protagonistas de estas experiencias, fueron estudiantes de los colegios SaludCoop Sur y Hernando Durán Dussán. En este solo encuentro, más de veinte ecos resonaron para darse la oportunidad, de escucharse más allá de las apariencias, los prejuicios, la cotidianidad de los entornos escolares y la recurrencia de sus experiencias artísticas: se encontraron para reconocer que el eco del otro, tiene una onda expansiva encantadora.

Y es que los ecos, no solamente tienen la propiedad para crear ondas de cualquier tipo. También tienen el poder para formar barquitos de papel, canciones que navegan en distintos mares, dibujos que se plasman sobre acetatos, palabras que se escriben sobre espejos… Son tantas las posibilidades que se manifiestan cuando los ecos provienen de la singularidad de cada corazón, que resulta imposible no sucumbir bajo su fuerza. Y allí es donde el asombro del arte se manifiesta con más ímpetu.
En estos primeros encuentros Ecos, cuyas ondas de fascinación se desplegaron por los pasillos del colegio Paulo VI y de los rincones del Crea Castilla, permanece aún el sonido del disparate, de los lenguajes expandidos y la dicha de habitar el valor del otro. Aún se escucha el canto, la ocurrencia, el baile de la libertad, la palabra transformada en múltiples posibilidades, la melodía abrazada con la poesía, las cámaras capturando la magia de cada idea, el trazo expandiéndose con el ritmo, el detonante digital estallando con el cuerpo en movimiento. Ecos que resuenan, que se quedan en la memoria, en el alma. Ecos que resuenan para darle vida y razón al arte, y gracias a su auténtico resonar, el Programa Crea está lejos de extinguirse, y cada vez más cerca de aumentar su fulgor mágico sobre la ciudad y sus habitantes.






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